Omega-3: funcionalidad y alimentos enriquecidos

Omega-3: funcionalidad y alimentos enriquecidos
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Con este post he intentado aportar un poco de luz a la cuestión de los alimentos enriquecidos con Omega-3.

Hace unos meses era el complemento más publicitado en los productos lácteos pero no se definía cual era su importancia y la funcionalidad de estos alimentos enriqucidos. ¿Se trata de otro truco publicitario y son realmente el futuro de la alimentación saludable?.

Los ácidos grasos omega-3 son ácidos grasos esenciales (no los producimos internamente), que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados (por regla general pescado azul como la sardina o de aguas fría como el salmón), y en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, los cañamones y las nueces. Algunas fuentes de omega-3 pueden tener otros tipos como los omega-6.

Se ha demostrado experimentalmente que en comunidades que consumen muchos alimentos con omega-3 (esquimales, japoneses, etc.) la incidencia de enfermedades cardiovasculares es sumamente baja. Algunas experiencias sugieren también que tiene efectos benéficos sobre el cerebro (contra la depresión e incluso en rendimiento intelectual).

Los ácidos grasos omega-6 también son esenciales, pero tienden a consumirse en exceso en las dietas modernas. Los estudios han demostrado que ambos ácidos grasos no sólo hay que tomarlos en cantidades suficientes, además hay que guardar una cierta proporción entre ambos tipos. Una proporción del 50% sería correcta. Esto dificulta su consumo con objetivos de prevención ya que, por ejemplo las nueces, tienen una proporción muy alta de omega-6 y no se ajustan a lo saludable por sí mismas (habría que combinarlas con fuentes de omega-3 exclusivas).

Los últimos estudios citados por la Clínica Mayo han reducido el porcentaje de beneficios generados por los omega-3. Sigue siendo clara su contribución a la salud, pero de forma no tan acusada como se creía. Además, el asunto de las proporciones introduce un nivel mayor de complejidad que desmonta la teoría: cuanto más omega-3, mejor. Por otra parte, el porcentaje de este complemento en los alimentos enriquecidos como la leche, la leche de soja o los huevos, no parece que sea suficiente para generar un efecto por sí mismos.

En resúmen, las instituciones científicas, como la Asociación Americana del Corazón, recomiendan consumir pescado rico en grasas omega 3, al menos dos veces por semana. La ingesta a partir de alimentos básicos enriquecidos queda a juicio del consumidor.

Vía | Wikipedia Vía | Clínica Mayo (EEUU) En Vitónica | El omega 3 en la dieta de personas vegetarianas o con alergia al pescado En Vitónica | El omega 3 y su ayuda en los deportistas Imágen | Flickr (Mikejsolutions)

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